domingo, 4 de noviembre de 2012

La conquista



No dejaba de pensar en lo que  había decidido. Sabía que tenía todo el derecho de pedirme el tiempo necesario para pensar las cosas, pues estaba dudando de mí. No fue una agradable decisión para mí pero tuve que aceptarla.

Sabía que cometí un error si se le pudiera llamar así. Fueron dos meses en los que no tuvimos comunicación alguna. No lo veía tampoco. Decidí que esto no tenía que quedar  así, pues realmente estaba enamorada y quería ganarme  de nuevo su confianza. Decidí  reconquistarlo. Le pedí a una de mis amigas, Jessica, que me ayudara a prepárale una sorpresa y ella  aceptó. Esto iba a resultar difícil, pero no me quería dar por vencida.

Jessica accedió para prestarme su casa y  poderle hacerle algo especial. Era el lugar perfecto para que los dos pudiéramos conversar. Sus padres no se encontraban en casa porque habían salido de viaje, así que iba a estar completamente sola su casa.  Acepté y decidí hacerle una pequeña comida.

Al día siguiente   llegué  a su casa. Decidió marcarle  para invitarlo a una reunión que aria con motivo de su cumpleaños, lo cual no era cierto. Estuvieron platicando acerca de los detalles de esa supuesta  reunión, en ese momento sentí un poco de celos ya que ella podía hablar con  él, cosa que yo no hacía en estos últimos días. Me sentí un poco mal, pero con el solo hecho de saber que era para poder verlo me sentí mejor. Él aceptó ir a la reunión pidiéndole que no me invitara, aun sabiendo que yo era su mejor amiga. Ella le respondió que sí. La cita fue 18 de noviembre a las ocho de la noche. Sentí una gran emoción porque había aceptado ir, pero sin saber que la reunión la tendría conmigo.

 Era el día en el cual tendría que enfrentarlo y aclarar todo. Me cité  con Jesica para ir  de compras, buscando lo adecuado para esa noche: velas, vino, rosas, chocolates. Llegamos y preparamos todo. Decidí hacerle unas enchiladas potosinas, su comida preferida. Todo estaba  listo. Eran las 19:45 hrs y me sentía muy nerviosa ya que no sabía si realmente llegaría como había acordado y sobre toda la reacción que tomaría al verme ahí.

Tocaron la puerta. Es él, pensé. Jessica abrió la puerta.  Llegó con un ramo de rosas  y al darse cuenta que estaba ahí  se sorprendió. Mi amiga le pidió que entrara y con un poco enojo entró  Le dijo que la cita no era con ella si  no conmigo.





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